El consumo de alcohol es una práctica que ha estado presente en la sociedad durante siglos. Para muchos, beber alcohol es una forma de relajarse, socializar y disfrutar de momentos especiales. Sin embargo, también es importante reconocer que el problema de consumo excesivo de alcohol puede tener graves consecuencias para la salud física, mental y social de las personas y a veces es necesario pedir ayuda.

El alcohol es la sustancia más consumida en el mundo y concretamente en España, esto ha derivado en ciertos hechos como el del aumento del número de personas admitidas a tratamiento por consumo de alcohol, siendo más específicos y según lo que recoge el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA 2021), en el año 2019 entraron a tratamiento por abuso y dependencia al alcohol 27.209 personas observándose un ligero aumento desde 2018. En España, las muertes atribuidas al alcohol durante el periodo 2010-2017 fueron por término medio 15.489 anuales. Esto supone que las muertes atribuibles al alcohol son un 4,0% de las muertes estandarizadas por todas las causas en la población de 15 años o más (OEDA, 2021)..

Riesgos del consumo excesivo de alcohol

1. Problemas de salud: A corto plazo, el alcohol puede afectar el juicio y la coordinación motora, lo que aumenta el riesgo de accidentes y lesiones. Además, el consumo excesivo de alcohol puede provocar deshidratación y problemas gastrointestinales. A largo plazo, el consumo crónico de alcohol puede dañar el hígado, el corazón y el sistema nervioso, y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la cirrosis hepática o la dependencia alcohólica. Además, puede contribuir al desarrollo de trastornos mentales como la depresión o la ansiedad.
2. Riesgos para la seguridad: El consumo de alcohol puede aumentar el riesgo de accidentes de tráfico, caídas, ahogamientos y lesiones relacionadas con la violencia.
3. Problemas sociales y familiares: El consumo excesivo de alcohol puede afectar negativamente las relaciones personales, el rendimiento laboral, la estabilidad familiar, causar problemas laborales, académicos y/ económicos.
4. Dependencia y adicción: El consumo frecuente y excesivo de alcohol puede llevar a la dependencia y adicción al alcohol, lo que puede ser difícil de superar sin ayuda profesional.

La adicción al alcohol y el alcoholismo

Para algunas personas, el consumo de alcohol puede volverse adictivo y desarrollar una dependencia física y psicológica conocida como alcoholismo. El alcoholismo es una enfermedad crónica que puede tener un impacto significativo en la vida de una persona, afectando sus relaciones, su rendimiento laboral y su bienestar general. Los signos de alcoholismo pueden incluir la incapacidad para controlar la cantidad de alcohol consumido, la aparición de síntomas de abstinencia cuando se intenta dejar de beber y la dedicación excesiva de tiempo y energía al consumo de alcohol.

Qué hacer si tienes un problema con el alcohol:

Si tú o alguien que conoces tiene un problema con el consumo de alcohol, es importante pedir ayuda. Aquí hay algunas medidas que puedes tomar:

• Reconocer el problema: El primer paso para buscar ayuda es reconocer que hay un problema con el consumo de alcohol. Esto requiere honestidad y autoevaluación. Reflexiona sobre los efectos negativos que el alcohol ha tenido en tu vida y considera cómo te gustaría que fuera tu relación con esta sustancia.
• Buscar apoyo: No tengas miedo de pedir ayuda. Habla con amigos cercanos o familiares en quienes confíes y comparte tus preocupaciones. El apoyo emocional puede ser fundamental en el proceso de recuperación.
• Consultar a un profesional: Busca la ayuda de un profesional de la salud especializado en adicciones. Los terapeutas, psicólogos y médicos pueden proporcionarte el apoyo necesario y desarrollar un plan de tratamiento personalizado.
• Considera el tratamiento: Dependiendo de la gravedad de tu problema, el tratamiento puede variar desde terapia individual o grupal hasta programas de rehabilitación en centros especializados. Un profesional de la salud te ayudará a determinar la mejor opción para ti.
• Considerar grupos de apoyo: Los grupos de apoyo como Alcohólicos Anónimos (AA) pueden ser una excelente herramienta para la recuperación. Estos grupos ofrecen un espacio seguro donde puedes compartir tus experiencias y obtener apoyo de personas que han pasado por situaciones similares.
• Establecer metas y estrategias: Trabaja en conjunto con tu terapeuta o profesional de la salud para establecer metas realistas y desarrollar estrategias para evitar el consumo de alcohol. Estas estrategias pueden incluir cambios en el estilo de vida, identificación de desencadenantes y aprendizaje de habilidades de afrontamiento saludables.
• Realiza cambios en tu estilo de vida: Identifica y evita los desencadenantes que te llevan a beber. Esto puede incluir evitar ciertos lugares o situaciones. Además, enfócate en adoptar hábitos saludables, como la práctica regular de ejercicio físico y una alimentación saludable.

En el tratamiento de la dependencia al alcohol, existen diferentes enfoques terapéuticos que han mostrado evidencia científica de eficacia.

1. Desintoxicación médica:

Para las personas que presentan una dependencia física significativa al alcohol, el proceso de desintoxicación bajo supervisión médica puede ser necesario. Durante este proceso, se lleva a cabo la eliminación segura del alcohol del cuerpo y se gestionan los síntomas de abstinencia.

2. Terapia cognitivo-conductual (TCC):

La terapia cognitivo-conductual es un enfoque psicoterapéutico que ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de la dependencia al alcohol. Esta terapia se centra en identificar y modificar los patrones de pensamiento y comportamiento que mantienen el consumo problemático de alcohol. La TCC puede ayudar a desarrollar habilidades de afrontamiento, establecer metas realistas y manejar situaciones desencadenantes.

Las técnicas de la TCC han mostrado una alta efectividad incrementándose su eficacia en tratamientos multicomponente, además, también han resultado eficaces tanto de manera individual como grupal (Flórez et al., 2018). Las técnicas que han mostrado más evidencia en el alcoholismo son: Técnicas de autocontrol, entrenamiento en habilidades sociales, y prevención de recaídas:

• Con el entrenamiento en habilidades sociales, se busca que el sujeto adquiera o refuerce las habilidades de afrontamiento y autocontrol necesarias a la hora de enfrentarse a situaciones sociales o interpersonales que supongan riesgo de consumo, mejorando sus estrategias cognitivas y conductuales (Becoña y Cortés, 2010).

• Las técnicas de autocontrol se centran en que la persona pueda reducir el consumo de alcohol y suelen mostrar mejores resultados con personas que tienen una dependencia más leve. Los individuos aprenden a poner límites y manejar situaciones de peligro de consumo. Se llevan a cabo a través del establecimiento de metas, el autoregistro diario, el control de la tasa de consumo de alcohol y la identificación de las situaciones de riesgo y disparadores de consumo (Pastor et al., 2014).

• En cuanto a la prevención de recaídas, la dinámica consiste en proporcionar al paciente la capacidad de reconocer los desencadenantes, ya sean lugares, personas o situaciones, del consumo. Además, trata de desarrollar estrategias alternativas para afrontar esos momentos de riesgo y poder así evitar la recaída. El procedimiento consiste en ayudar a 1) identificar las situaciones de alto riesgo, 2) desarrollar estrategias y habilidades de afrontamiento para esas situaciones si fuera posible y 3) si no fuera posible evitar esa situación de alto riesgo, facilitar el aprendizaje de habilidades que les permita hacer frente a tales situaciones (Pastor et al., 2014).

3. Medicamentos:

Existen varios medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el tratamiento del alcoholismo. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir los antojos de alcohol y a prevenir la recaída. Algunos ejemplos son el Naltrexona, el Acamprosato y el Disulfiram. Es importante destacar que la elección del medicamento y su uso adecuado deben ser determinados por un profesional de la salud.

4. Programas de apoyo y grupos de autoayuda:

Los programas de apoyo como Alcohólicos Anónimos (AA) han demostrado ser beneficiosos para muchas personas que luchan contra la dependencia al alcohol. Estos programas brindan un entorno de apoyo, comprensión y camaradería, y siguen un enfoque de 12 pasos para facilitar la recuperación.

5. Terapia familiar:

La participación de la familia puede ser crucial en el proceso de recuperación de la dependencia al alcohol. La terapia familiar puede ayudar a mejorar la comunicación, abordar las dinámicas disfuncionales y brindar apoyo a la persona en recuperación.

Es importante tener en cuenta que cada persona es única y puede responder de manera diferente a los tratamientos. Lo más efectivo es buscar una evaluación y orientación de un profesional de la salud especializado en adicciones, quien podrá recomendar el enfoque terapéutico más adecuado para cada caso específico.

El consumo de alcohol puede convertirse en un problema serio si no se aborda adecuadamente. Reconocer la problemática y pedir ayuda son pasos fundamentales para superar este desafío. Recuerda que no estás solo, y hay profesionales y grupos de apoyo dispuestos a brindarte el apoyo necesario en tu camino hacia la recuperación. No dudes en buscar ayuda y dar el primer paso hacia una vida más saludable y equilibrada.

Recuerda que reconocer que tienes un problema con el consumo de alcohol es el primer paso hacia la recuperación. No tengas miedo de pedir ayuda y apoyo, ya que hay muchas personas y recursos disponibles para ayudarte en este proceso.