Cualquier persona puede reconocer un momento de su vida en el que se ha sentido mal, en el que ha pasado por situaciones determinadas que le han causado malestar y ha tenido que lidiar con esas sensaciones y buscar la manera de gestionarlas.
En ocasiones, el malestar se intensifica, nuestras emociones comienzan a manifestarse con más intensidad y sentimos que no podemos controlarlas dejándonos llevar por el sufrimiento, la ansiedad, el miedo, la rabia, etc. Mi estado emocional comienza a afectar en mi vida cotidiana, en mis relaciones y en mi propio autoconcepto, esto nos puede llevar a alargar el malestar e incluso a bloquearse y sentir que no podremos solucionarlo.
En este momento es cuando debes comenzar a plantearte ir al psicólogo, buscar la ayuda profesional para que pueda orientarte en tu problema, en identificar el origen y en darte herramientas que te ayuden a solucionarlo o a disminuir el malestar.
La mayoría de las veces no le damos importancia a cómo nos encontramos o incluso nos da vergüenza aceptar que no podemos con todo, nos decimos frases como “no estoy tan mal”, “el tiempo lo cura todo” “si en realidad lo que me pasa es una tontería”, y alargamos la posibilidad de pedir ayuda llevándonos a agravar nuestro estado, pero tienes que saber que no es necesario, que un profesional puede ayudarte a solucionar tus problemas, que no te mereces vivir con ese malestar.
“El tiempo no cura, cura lo que tú haces en ese tiempo”
Tienes que saber que no tiene por qué haber razones de peso para ir al psicólogo, no te tiene que haber pasado algo grave, cada persona modula sus emociones y gestiona sus problemas de manera diferente, por lo que no hay unos criterios oficiales que indiquen que tienes que ir al psicólogo, de todas maneras, te voy a dar algunas señales que te puede ayudar a saber si es bueno que vayas a terapia.
Señales para saber cuándo ir al psicólogo
1. Sientes malestar emocional, cada vez se intensifica más y está afectando a las diferentes áreas de tu vida, laboral, social, familiar, etc. Puede que ni siquiera sepas identificar por qué.
2. Tienes sensación de vacío, sientes que no eres la misma persona y que ya no podrás volver a serlo.
3. El malestar está afectando a tu calidad de vida, has perdido el interés por las cosas
4. Estás experimentando una serie de síntomas que afectan tu calidad de vida, como el insomnio, la pérdida de interés por las actividades que antes te resultaban placenteras, una disminución de la libido, la sensación de tensión constante…
¿Por qué ir al psicólogo?
Será capaz de ponerse en tu lugar y adoptar tu perspectiva analizando todos los factores que te están condicionando y que influyen en el problema.
Te ayudará a vislumbrar diferentes alternativas de solución y a elegir la más adecuada para tu caso, de manera que te sentirás más satisfecho con la decisión que tomes.
Te permitirá salir fortalecido de la crisis o problema brindándote diferentes herramientas psicológicas que podrás utilizar en el futuro para hacerle frente a otras dificultades.
Si sientes agobiado ante la situación y no sabes cómo reaccionar, no encuentras una salida y piensas que todo ha llegado a su fin o que la vida carece de sentido.
Has puesto en práctica varias soluciones para resolver el problema, pero todas han fracasado por lo que comienzas a dudar de tus capacidades.
Tienes problemas para controlar las emociones, ya sea porque te deprimes o te pones ansioso con facilidad o porque das rienda suelta a la ira.
Te sientes vulnerable ante tu entorno y crees que casi todo lo que te rodea es amenazante.
Quieres potenciar determinadas habilidades sociales que te permitan hacerle frente a diferentes situaciones con mayor aplomo.
Te castigas por un error del pasado y experimentas intensos sentimientos de culpa que no te permiten continuar adelante con tu vida.
Sientes que estás siempre a punto de perder el control y te notas más irritable que de costumbre, lo cual afecta tus relaciones interpersonales.
Estás teniendo cambios de humor injustificados y tienes problemas para comunicarte con las personas que te rodean.
Beneficios
1. Te ayuda a conocerte mejor.
2. Te da herramientas para afrontar conflictos.
3. Te ayuda a tomar decisiones.
4. Te ayuda a mejorar tus relaciones.
5. Te ayuda a afrontar el cambio.
6. Te ofrece calidad de vida.
7. Te ofrece apoyo emocional.
8. Te ayuda a crear buenos hábitos.
Cómo es la terapia
Cuando acudes a terapia, el psicólogo/a va a tratar de adaptarse a tus necesidades, te va a escuchar, a entender y lo más importante, NO TE VA A JUZGAR.
En terapia se sigue una estructura básica:
EVALUACIÓN
Primer paso, recabar información a través de entrevista, cuestionarios, test y registros que me ayuden a conocerte y a entender mejor todo lo que te preocupa.
EXPLICACIÓN HIPÓTESIS
Explicarte el origen, desarrollo y mantenimiento del problema, además del tratamiento que se va a llevar a cabo.
TRATAMIENTO
Etapa de aprendizaje en autoconocimiento, aceptación, refuerzo de capacidades y fortalezas y adquisición de herramientas y habilidades nuevas.
SEGUIMIENTO
Revisión del tratamiento, refrescar y reforzar lo aprendido, observar problemas nuevos y evitar futuras recaídas.
Pero tienes que tener en cuenta que lo más importante para tu terapeuta es adaptar la terapia a ti, diseñar el procedimiento que mejor se adapte a tu circunstancia.
Descubre todas nuestra Áreas de trabajo.
NO OLVIDES QUE NO HACE FALTA ESPERAR A ESTAR MAL PARA IR AL PSICÓLOGO.